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capítulo 21 (comentario)

texto: capítulo 21

El pueblo busca instituciones donde recostarse y agradece sus dogmas porque le resuelve la difícil tarea de discernir entre lo verdadero y lo falso. Busca jefes a los que asirse en el camino, para no tener abrirse paso entre las dificultades con su propio esfuerzo. El pueblo carece de espíritu, es incapaz de vivir la realidad de sus propios anhelos, y prefiere acomodarse a una realidad ya construida y engañarse pensando que es estable. Por eso, cuando las arenas movedizas comienzan a tragarse los pilares del templo, el pueblo se sobresalta, y cuando las vigas maestras se doblan carcomidas por la polilla, el pueblo abandona desesperadamente esa poltrona para buscar la estabilidad en otra. El hombre que no es hijo sino esclavo, siempre está buscando un grupo donde fundirse, para que le den de beber y le alimenten el espíritu. Pero el verdadero hijo, el hombre libre, ése no consiente que ninguna institución le sostenga a cambio de su identidad, sino que genera con la fuerza de su espíritu su propia realidad y la materializa con su fe, y así su ser queda impreso en la eternidad del cosmos.

texto: capítulo 21

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