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capítulo 52 (comentario)

texto: capítulo 52

El sabio no se ensalza, sino que reposa en lo bajo, como el agua, que no se detiene en la montaña, sino que baja por la ladera hasta reposar en la hondonada.
Al igual que el agua se cuela por cada rendija, también el sabio ahonda en su pensamiento sin menospreciar nada, por pequeño que sea.
El sabio es amable y considerado con todos, como el agua, que todo lo acaricia sin forzarlo.
El agua toma la forma verdadera de las cosas, como el sabio, que es veraz en todas sus palabras, que siempre son leales.
En todo recipiente, por irregular que sea, el agua conserva su cohesión; el sabio gobierna sin perder nunca su orden interno, aún en las circunstancias más adversas.
El agua mueve molinos y sostiene barcos, sin esfuerzo, al igual que el sabio, que es eficaz en sus todas empresas.
El agua no pretende salir de la hondonada hasta que sube el nivel y alcanza la quebrada, como el sabio, que sabe esperar su momento.
No impone sus criterios, por eso no puede ser desplazado.

texto: capítulo 52

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