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capítulo 59 (comentario)

texto: capítulo 59

Por medio del orden se logra la plenitud excluyente. El que se desenvuelve dentro del orden social se siente seguro, pisa con fuerza, se comporta con desenvoltura, se acomoda a placer en casa de su anfitrión, hace competir sus ideas con las de los demás y puede exhibirse con elegancia para hacer alarde de sus riquezas. No se detiene a profundizar en las cosas, todo parece tenerlo resuelto en su exterior, y gusta de reducir sus preferencias a cuestiones muy concretas. Su discurso es claro y brillante, apabulla a los débiles y suscita la envidia de los fuertes. Pero la seguridad que brinda el orden excluyente es engañosa porque el cosmos se desplaza hacia la Unidad perfecta.

Sin orden social, el hombre se siente inseguro, no sabe muy bien dónde pisa ni se arriesga a intimar con los demás. En todas partes se siente extranjero, y no alardea de nada, no exhibe nada, sino que intenta comprender las cosas profundizando en ellas. El hombre que no se acomoda a ningún orden excluyente, sino que tiene presente la totalidad del cosmos, prefiere vivir dentro del orden finito como si éste no existiera, porque sabe que su seguridad es fantasía, y lo que le protege sólo subsiste gracias a la exclusión de todo lo demás. Rechaza la plenitud cercana porque vive unido a la Verdad plena, que nada excluye, y que se sostiene en un orden ajeno a la inteligencia humana.

texto: capítulo 59

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