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capítulo 64 (comentario)

texto: capítulo 64

Las cosas se disfrazan de realidad para esconder su vacío, se visten de belleza para incitar a ser deseadas y descifradas. Y los hombres se dejan engañar. Las cosas sacan a los hombres fuera de sí y les fuerzan a que pierdan su consistencia interior, de esta manera las cosas alcanzan la existencia que en verdad no tienen, obtienen belleza del propio interés de los hombres. Y los hombres lo pierden todo, al identificarse con la fantasía, se consumen hasta convertirse ellos también en fantasía perecedera.

Cuando la seguridad culmina, aparece el miedo, cuando el miedo se deshace, aparece la euforia. Como marionetas que bailan sin ninguna mano que les sostenga, luchan y se reconcilian, hoy matan y mañana protegen. No tienen a dónde ir, sino que buscan un objetivo que les impulse a actuar. Como no les falta nada, construyen necesidades, cuando las necesidades han sido cubiertas, buscan enemigos contra los que luchar. Vencedores y vencidos, vencidos y vencedores, todos acaban en la tumba.

El Origen que me alimenta, Madre de todas las cosas, me lo dice. No me habla con palabras, sino que enciende una Luz en mi interior. Y yo veo que la inexistencia de las cosas que percibo en mi exterior, es existencia real dentro de mí. Por eso no salgo fuera. Que la falsa belleza, disfraz de la inconsistencia, es sin embargo verdadera belleza dentro de mí. Por eso no salgo fuera. Al no perderme a mí mismo, al no identificarme con la fantasía, conservo mi ser y no habré de descansar en la tumba.

texto: capítulo 64

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