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Conocer la realidad exterior mirando al exterior conduce a un conocimiento limitado de las cosas. Hoy puede resulta útil, y mañana puede ser totalmente ineficaz. Conocer la realidad exterior desde el conocimiento de sí mismo conduce a la verdadera sabiduría, que siempre muestra la realidad desnuda, sean cuales fueren las circunstancias.
El que lucha y vence a los demás será fuerte hasta que se tropiece con otro que le venza, entonces será débil. La fuerza que se exhibe hacia el exterior es debilidad enmascarada, La única fuerza invencible es la de aquél que es capaz de vencerse a sí mismo. Ése no encontrará oponente que le derribe, sean cuales fueren las circunstancias.
Necesita poseer el que está vacío, pero el que tiene un interior pleno, ése no lo necesita. Las cosas son repelidas por el vacío interior y son atraídas por la plenitud. Por eso, al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará incluso lo que tiene. La única plenitud interior posible en un hombre es la conciencia de una meta, un ideal sublime.
El que conoce en cada momento el lugar que le es propio, ése maneja su vida y la de los demás con la máxima eficacia. Pero siempre ha de llegar ese día en el que no exista ningún lugar propicio para él. La longevidad no es vivir muchos años sino conocer ese Camino que proyecta el propio ser más allá de la muerte, hacia una Vida eterna.
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