anterior

índice

siguiente

capítulo 79 (comentario)

texto: capítulo 79

El estímulo de los sentidos permite una culminación aparente de lo que, en el espíritu, sólo está en proceso. La culminación imperfecta resulta atractiva, porque abrevia el desarrollo, pero, al no obedecer a una realidad plena, enseguida se esfuma. Sin embargo la perfecta culminación da un fruto que permanece para siempre.

El testimonio que agita a los hombres y los enfervoriza no obtiene resultados duraderos. El sublime Testimonio desecha los resultados obtenidos con premura, no busca la exaltación inmediata, sino que espera hasta que el proceso alcance la culminación interior, y entonces deja su fruto, un fruto que nunca se agota.

Por eso el sublime Testimonio parece insípido, sus palabras no parecen significativas ni sus hechos encandilan la mirada. El sublime Testimonio atrae a los seres humanos sin coartarlos, los embelesa sin mostrarles nada anormal. Aviva la sorpresa ante lo insignificante, apaga la sorpresa ante los hechos extraordinarios.

La más perfecta expresión del Camino es el sublime Testimonio. En Él está encerrada toda la sabiduría. El sublime Testimonio es la única sabiduría viva y verdadera, donde las ideas se desvanecen para dejar paso a la realidad de los hechos. Es la sabiduría que no se estudia a sí misma porque existe en su perfecta plenitud.

texto: capítulo 79

anterior

índice

siguiente