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capítulo 80 (comentario)

texto: capítulo 80

La culminación verdadera está en el horizonte, no está en lo alto de la montaña. Si difícil es encaramarse por la ladera de un monte escarpado, aún más difícil es evitar el descenso por la ladera opuesta después de haber alcanzado la cumbre. Lo que se separa de la sencillez siempre es devuelto a ella. El deseo de culminar precipitadamente los propios anhelos fuera del orden natural hace que el ser humano se engrandezca buscando fuerza, admiración y riqueza. Así abandona la fuente del alimento que nutre.

En la simplicidad siempre está cerca el alimento nutritivo que no se agota. En la grandeza artificiosa no hay otro alimento que el ansia de ostentación. Cuando este alimento se agota, lo grande y fuerte se debilita y cae al foso, al extremo contrario. Las cosas no tienen una existencia más plena sólo por exhibirse, ni son en verdad más fuertes por el hecho de vencer a todas las demás. Porque el acopio de fuerzas fuera del orden natural es robo, y lo que ha sido robado necesariamente habrá de ser devuelto.

texto: capítulo 80

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