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capítulo 22

comentario: capítulo 22

Aquél que sirve de guía en el Camino hacia el Cielo
debe saber poner límites a sus deseos personales.
Porque el que se limita a sí mismo por debajo de lo lícito
no se verá afectado cuando llegue la carestía.
Y el que se mantiene ecuánime en épocas difíciles
ha llenado su interior con la Fuerza del Espíritu.
Un hombre lleno del Espíritu abre todas las puertas
y nadie puede conocer los límites de su Fuerza.
Y habiendo roto ante los hombres todos los límites,
ya está preparado para administrar del Reino.
Habiendo adherido su ser al Reino, Madre del Universo,
se alcanza la Vida perdurable, que no conoce la muerte.
Ésta es la manera de enraizar el propio ser en el Origen,
donde está la Vida eterna y la Luz que no se vela.

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