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El Camino está impreso en el interior oculto de cada cosa del universo.
Es el único y verdadero tesoro del sabio, que lo busca y lo ilumina,
y es también el único asidero fiable para el hombre que se ha extraviado.
Las palabras hermosas congregan a las gentes de manera espontánea,
y los actos honestos visten al hombre de dignidad sin proponérselo siquiera.
¿Qué necesidad habría de hacer prevalecer el bien condenando a los malos?
Aunque un hombre consiguiera subirse al trono más elevado del mundo,
y se le concedieran todos los honores y distinciones posibles,
y los tesoros materiales más preciados, un cetro de oro y piedras preciosas,
tristes y mezquinos serían estos privilegios si ha perdido la guía del Camino.
El Camino es la raíz y el germen de toda vida que existe en el universo.
¿Por qué los sabios, desde la antigüedad, valoran tanto el Camino?
Porque aquél que esté en el Camino, todo lo que busque lo encontrará,
y todos los pecados que pueda arrastrar en su vida le serán perdonados.
Por eso el Camino es el tesoro más excelso en todo el universo.
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