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capítulo 26

comentario: capítulo 26

Deja que las cosas sean como son,
y no quieras interferir en el proceso natural
con el impulso de tu inconformidad.
Fíjate en lo insignificante:
en el sabor que pasa desapercibido.
Asómbrate de las cosas pequeñas,
muéstrate indiferente ante lo aparatoso.
Haz el bien a quien quiera dañarte.

Resuelve los problemas antes de que aparezcan,
pues no existe contratiempo que haya crecido
sin antes haberse mostrado en su simiente.
Por eso, habitúate a observar lo pequeño,
y podrás conducir lo complejo mientras sea fácil,
podrás moldear lo grande mientras sea manejable.
El sabio siempre renuncia a las cosas llamativas,
y sin embargo él solo las realiza sin dificultad.

El que se deja deslumbrar por lo grande,
se compromete a empresas de envergadura,
luego fracasa y su credibilidad se arrastra.
La afición por las cosas llamativas,
hace que el hombre se envalentone
y lo vea todo fácil: Entonces todo es difícil.
Para el sabio todo es complicado,
por eso alcanza el éxito con la máxima facilidad.

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