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capítulo 32

comentario: capítulo 32

Todo bajo el cielo deberá saber algún día
que el Espíritu que habita en mí es eterno,
y que no existe otro espíritu que se le parezca.
Todo lo que es mortal crece y luego mengua,
si el Espíritu que me habita fuese mortal
se parecería al espíritu del mundo,
y tiempo ha que hubiese empequeñecido.

Tres pilares preciosos sostienen todo mi ser:
El primero es Amor, el segundo, sobriedad,
y el tercero, permanencia en el último lugar.
El Amor es la mayor Fuerza del universo,
la sobriedad permite la libre generosidad,
y el que se sitúa en el último lugar,
ése se convierte en líder del mundo espiritual.

Pero los hombres quieren ser fuertes sin Amor,
quieren ser libres y generosos sin sobriedad,
pretenden liderar el mundo sin humildad:
Lo que se opone a la Vida encuentra la muerte.
El Amor es invencible porque no se consume,
y no existe fuerza que prevalezca contra Él.
El Cielo salva al ser humano mediante el Amor.

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