|
No mostrando predilección por nadie
se evita la envidia y la rivalidad.
Quitándole valor a objetos materiales
se evita el robo y el consumismo.
Al no exhibir el valor del poder
el pueblo ya no codicia altos cargos.
Éste es pues el gobierno del sabio:
Alejar el deseo,
procurar alimentos,
evitar la rivalidad,
favorecer la salud.
Sin deseos, el pueblo es lúcido,
sin conocimientos, es candoroso,
y los astutos se vuelven dóciles.
Lejos de toda artificialidad,
reina la naturaleza misma.
|
|