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¿Puede tu espíritu conocer la Unidad original
sin que todo tu ser se estremezca y tiemble?
¿Podrías concentrar tu vitalidad en una sola fuerza
y conservar el candor y la flexibilidad de un niño?
¿Serías capaz de purificarte iluminando todo tu ser
sin dejar ningún rincón a oscuras por vergonzoso?
Amar a los seres humanos y gobernar un estado,
¿podrías hacerlo sin elucubrar estrategias?
Si pudieras abrir y cerrar las puertas del Cielo,
¿lo harías dejándote poseer y no poseyendo?
Si pudieras observar todo lo que está escondido,
¿sabrías hacerlo dejando ser y no interfiriendo?
Produce para bien de los seres humanos,
aliméntales el espíritu y dales Pan del Cielo,
pero no reclames de ellos ningún beneficio.
Sé un verdadero gobernante y no un tirano.
Esta es la esencia misteriosa de la Vida eterna.
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