|
Si se prescinde de los conocimientos
y se deja a un lado la inteligencia,
todo será entonces Luz beneficiosa.
Si no se usan los preceptos morales
y no se agobia con leyes sociales,
surgirá espontáneamente el Amor.
Si no se le da valor a la astucia
ni se exalta la frialdad de corazón,
desaparecerán los impostores.
Pero no bastan estas tres cosas,
es necesario un Ideal sublime
que fuerce el retorno de la sencillez.
Un Ideal alto, luminoso, verdadero,
que obligue al desapego de lo material,
a la renuncia de los deseos postizos.
|
|