<<< volver a inicio

 

PALABRA

  anterior índice siguiente  
 

comunidad

 
  la familia  
  La pareja engendra la pequeña familia. El grupo de familias genera los clanes y las tribus. Las tribus se agrupan y crean reinos. Los reinos conquistados forman imperios.
Los padres de familia delegan su autoridad en los jefes de los clanes y de las tribus, éstos en los pequeños reyes, y los reyes abdican en favor de los grandes emperadores.
Los imperios se levantan y luego caen, y con ellos también se deshacen los reinos, las tribus, los clanes y las pequeñas familias. De una semilla mortal nace un árbol caduco.

Desde el padre de familia hasta el gran emperador, en el mundo los seres humanos se extorsionan unos a otros. Los padres someten a sus hijos y los jefes a sus subordinados.
En el mundo está bien visto que en los grupos humanos se impongan severas disciplinas que anulen la libertad, destruyan la identidad, y pisoteen la dignidad de sus integrantes.
Con tal de que impere el orden de la ideología vigente, en el mundo no hay escrúpulos de conciencia en lastimar seriamente y destruir la libertad y la dignidad de un hombre.

Yo no tengo otro padre que mi Padre celestial, ni quiero que mis hijos detengan en mí sus miradas, sino que me traspasen y no vean a otro padre que a nuestro Padre celestial.
Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la Palabra del Cristo y la llevan a la práctica. No tengo ningún otro parentesco que el de todos los que recogen con Cristo.
Yo no observo los vínculos con los que el mundo se articula, porque yo no pertenezco a este mundo, ni los lazos de consanguinidad tienen para mí ningún sentido trascendente.

La comunidad de los que siguen el Camino no está dirigida por ningún iluminado ni por ningún líder espiritual, sino por el Espíritu, que sabe agrupar lo que es afín en el Amor.
Con vínculos humanos unos hombres extorsionan a otros con estrategias afectivas, y asumen un despótico poder ilícito heredado del sentido posesivo de la consanguinidad.
Pero aquellos que conocen a Dios rompen todos los vínculos familiares y afectivos, para que sea el Espíritu el que agrupe a los hombres según el único criterio divino: El Amor.

Los que están cerca de mí y me necesitan para encontrarse a sí mismos, ésos son mis hijos. Son mi responsabilidad pero no son de mi propiedad, sino que sólo están de paso.
Los que sólo tienen al Origen como Padre y caminan en dirección a la Libertad en el Amor, ésos son mis hermanos. Aquellos que desparraman, ésos ya tienen otros padres.
Ésta es la imagen de la Familia según el Reino de Cristo. Tú observa cómo los grupos manejan a sus afiliados y sabrás si la autoridad que ostentan viene de Dios o del mundo.
 
 

11/01/08

 

  anterior índice siguiente