ESPÍRITU


	Como un niño que cuenta una historia que ha visto, y lo hace sin intentar descifrarla, ni sacar conclusiones, ni ordenarla en el tiempo ni en el espacio, así cuento yo lo que veo en mi interior. Pero si el Espíritu es lo único capaz de enseñarle al hombre lo que está por encima de él, no menos cierto es que nunca le revelará nada que no le sea útil. Dios sólo habla de sí, y lo hace para que aprendamos amarle. Y esto porque no existe otra necesidad en cada cosa del cosmos que llegar hasta Él, y Él nos enseña el camino. Por eso mi escrito no es un tratado, ni desarrollo por completo cada idea por separado, porque ni Él me lo mostró así, ni existe nada absolutamente coherente que pueda ser aprehendido por partes. La Verdad sólo se puede fraccionar en misterios que se resuelven unos con otros y todos juntos, de otro modo no estarían verdaderamente enlazados entre sí.