KYRIE ELEISON

     

ESPÍRITU

   

 

      E

libro 1 - capítulo 14


anterior - índice - siguiente

             
  Todas las cosas del universo, impulsadas por el Amor, se intentan agrupar según un orden, orden connatural a ellas mismas. Mas no se pueden fundir unas con otras, por el principio de la anacronía. Sin embargo este orden genera una unidad en una esfera inferior, igual o superior, en tanto más alejada o cercana a Dios. Esta unidad abre un espacio propio que incluye la memoria de sí misma en la formación de su orden, y siempre buscará en el tiempo, dentro de ese espacio, otro orden que genere una unidad en una esfera aun más elevada en lo posible, en un espacio más amplio donde mayor número de cosas se vean aunadas en su “yo” circunstancial.

Primero es el Amor: el impulso, la búsqueda, el ansia de Dios, la tendencia al movimiento. Este es el principio masculino universal.
Luego es el Orden: el número, la proporción, la tendencia a la quietud. Este es el principio femenino universal.
En la unión del Amor y del Orden se gesta un nuevo ser. Y la gestación se realiza dentro el Orden, y por la fuerza del Amor.