ESPÍRITU


	La Luz está arriba, la oscuridad está abajo. La Luz desciende a la oscuridad y la ilumina creando el Orden. Cuando el hombre, en su arrogancia, sólo quiere mirar hacia abajo, busca su razón de ser en el orden. No levantando su mirada hacia la Luz, él es “la luz”: Quiere ser como un dios. Pero cuanto más profundamente indague en el orden, más cerca estará de la oscuridad del caos, de la nada, del “no ser”. El Orden es múltiple, la Luz es una. Las verdades de los órdenes son muchas, contradictorias, cambiantes e inestables. La Verdad de la Luz es única. Todo hombre que levante sus ojos hacia la Luz descubrirá la misma Verdad, articulada según los módulos de su propio orden circunstancial. El hombre que quiera conocer lo que está abajo, para colocar su pie y elevarse por encima de las cosas, pisa en falso y cae al abismo³. Mas el hombre que mira hacia arriba, y levanta su mano pidiendo ayuda a aquello que está por encima de él, será elevado por encima de sí mismo. Por mi estúpida arrogancia, son demasiado escasos los momentos en los que puedo sentarme a escribir en este libro.