KYRIE ELEISON

     

ESPÍRITU

   

 

      E

libro 1 - capítulo 20


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  Dios es, y es uno, por eso en Él hay reposo. Dice el Señor: “Yo soy el que soy”.
El caos no es, por eso en él hay reposo. Y por eso atrae a todo lo que está en movimiento.
Ninguna cosa del universo puede sustraerse al caos, excepto Dios. En todas las cosas hay un “no ser”. Esta presencia del “ser” y del “no ser” en cada cosa es insostenible. Lo que no es Dios, es inmediatamente absorbido por el caos, a no ser que huya de él: esto es un acto de “Temor”. El puro Temor es la lucha por evitar el “no ser”, el puro Amor es la búsqueda de Dios. Amor y Temor subyacen en todas las cosas, y se pueden combinar de maneras muy diversas.
Cuando el ser genera el tiempo para huir del caos y para encontrar a Dios, primero busca la consolidación de su propio ser en el encuentro constante de sí mismo. Y genera un orden que le identifica.
Un orden generado en base al Temor, tiene un techo: llegará hasta donde el caos no pueda disolverlo en su “no ser”. Y excluirá toda cosa que pueda desestabilizar su orden, porque éste es la garantía de su existencia.
Un orden basado en el Amor no tiene techo, pues por mucho que se eleve, Dios siempre estará más y más arriba. Y no excluirá nada que pertenezca al cosmos, porque sabe que sólo junto con el resto del cosmos podrá alcanzar a Dios.