ESPÍRITU


	Nada es absoluto Temor. Porque reconoce la Luz que le separó del caos, y porque se reconoce en las demás cosas en tanto extraídas del “no ser” y elevadas al “ser” por la misma Luz. Y se busca en lo demás, y esto es Amor. Nada es absoluto Amor. Porque cada cosa reconoce el caos del cual proviene y al que no quiere volver. Por eso se busca en sí misma antes que en las demás cosas, es decir, necesita afianzar su entidad en lo cercano aunque con ello deba excluirse en lo lejano. Antepondrá la estabilidad de su orden a la amplitud del mismo. El Amor es, y es afirmativo. Viene de la Luz y va a la Luz. Pero nada puede afirmarse si no puede negarse, o, dicho de otro modo: Nada puede afirmarse en su “ser” sin la contemplación de su “no ser”. El Temor mira hacia abajo, hacia la oscuridad del caos: es el “no ser” del Amor.