KYRIE ELEISON

     

ESPÍRITU

   

 

      E

libro 1 - capítulo 29


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  La concepción del mundo que toma como punto de partida lo inferior y va construyendo en dirección ascendente tiene como techo al propio hombre. Esta concepción parte del caos y viene impulsada por el Temor. Entonces el hombre sólo mira hacia abajo para afianzar su ser, y se convierte en el límite más elevado de su conocimiento.
Pero el conocimiento no está fuera del hombre, sino que representa su propio orden, de manera que quien mira hacia abajo está abajo, y quien teme al caos será absorbido por el caos: Sólo podemos ser alcanzados por aquello de lo que huimos.
Y no se trata de que el hombre no se maraville del orden que descubre y que no reconozca su misterio. Se trata de que siempre pretenda sentirse dueño de sus conceptos de manera que su conocimiento sea una especie de montaña que va fabricando para, situado en la cima, verse cada vez más elevado. Busca el dominio de lo que está bajo él, pero no se abandona a ser dominado por lo que está por encima.
Escala su montaña para ascender, ¿ hacia dónde?; no existe tal ascenso. Cree elevarse porque cree que sus conocimientos le separan cada vez más del caos, pero por muy alta que construya la montaña de sus conocimientos, el caos siempre estará a sus pies.
El orden concebido sin la Luz que lo generó es caos, porque queda desposeído de una intención, una inquietud. Entonces, nuestras concepciones, hoy serán de una manera y mañana de otra. Lo que ahora es verdad, luego puede dejar de serlo. Y esto no es una evolución en el conocimiento del universo, sino un vagar en busca de lo sólido e inmutable en el ámbito en el que no se encuentra.

Y si escribo estas cosas es porque yo no estoy libre de pecado.