KYRIE ELEISON

     

ESPÍRITU

   

 

      E

libro 3 - capítulo 26


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  Es importante tomar conciencia de que no es nuestro esfuerzo el que nos muestra la Verdad. El hombre por sí mismo nada puede, nada tiene. Todo le viene dado.
Triste la imagen del hombre fuerte que con su inteligencia, su trabajo y su perseverancia cree poder hacerse a sí mismo y se adjudica el mérito de sus logros. Cuando llegue la hora de la muerte ¿quién le consolará? Todo lo más, aceptará la muerte como un mal irremediable, y no pensará en ella hasta que no le vea el rostro.
Quien no le encuentra sentido a la muerte, que no diga que la vida tiene sentido. Dos cosas tan inseparables deben responder a una realidad superior que las abarque. Sin ese sentido superior, todo resulta azar. Es la lucha angustiosa contra el azar que ahora nos levanta y luego nos hunde: La imagen de un cosmos sin Cielo, hijo del caos, hijo del desorden, del azar.
Pero si las cosas pueden tener sentido, entonces es que realmente lo tienen. ¿Por qué el hombre se empeña en negárselo? Porque el sentido de las cosas es la Verdad, y la Verdad es Luz, y la Luz todo lo ilumina y todo lo pone al descubierto. Prefieren ser dios por un instante que hijos de Dios toda la eternidad.