KYRIE ELEISON

     

ESPÍRITU

   

 

      E

libro 3 - capítulo 29


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  El que no conoce la Verdad, tiene perdón si no sigue su camino, y el perdón es abrirle los ojos para que abandone su ignorancia. El que la conoce y se encierra dentro de sí mismo, ese no tiene perdón.
Pues si conociendo la Verdad no emprende el camino, ¿que “verdad superior”, por encima de la Verdad misma, puede abrirle los ojos y llevarle a la conversión?
No puedo permanecer por más tiempo escribiendo en este libro. Porque tanto hablar del Amor me impide amar, de tanto señalar el camino tardo demasiado tiempo en emprenderlo. Triste sería llegar a descubrir que el objeto de mi amor fuera simplemente el hecho de hablar del Amor.
Todo tiene su límite, y cuando una cosa culmina debe morir para poder trascender dejando atrás su cuerpo mortal.
El cuerpo mortal de mis tres libros, son mis libros mismos porque son expresión y no Verdad. Lo que de ellos ha trascendido es la autenticidad y sinceridad con las que siempre me dispuse a escribir. Y no habría nada vivo en él no hubiera también un componente de vanidad. La vanidad nos acompaña hasta la muerte porque es hasta ahí hasta donde el cosmos nos sujeta.

Amar es entregarse; y el acto de mayor de entrega, la expresión más sublime del Amor, es morir.
Vivimos en la entrega a los demás, y morimos en la entrega a Dios.