KYRIE ELEISON

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fuera de la ley

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sobre el milagro de la redención

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Durante años viví lejos de mi Padre. Y vivía lejos de Él porque yo sabía que Él esperaba de mí un fruto que yo no estaba dando. Pero Él me lo permitió sin recriminaciones.
Si yo no hubiese buscado fuera de Él, ¿cómo podría luego asegurar que sólo en Él está la Vida? Si yo no me hubiese agotado en alejarme de Él, nunca hubiese podido ver desde fuera, desde lejos; nunca hubiese llegado a observarle, ni ahora podría decir con plena conciencia de lo que digo: “yo le conozco”.

Ahora que le conozco, ahora puedo dar un fruto imperecedero, porque le he visto desde todos los lugares donde el alma pueda quedar atrapada, y sé que no existe lugar donde el brazo de su Amor no alcance, donde su providencia no pueda llegar.
Ahora he aprendido a ir con Él allá donde los hombres dicen que no está; distingo su nítida presencia en esos desiertos de los que los hombres huyen. Y, sin embargo, cada vez lo veo menos allá donde se le han construido moradas confortables, ornamentadas con retablos, embellecidas con manteles y flores.

Los que construyen retablos, no hacen ni mal ni bien, simplemente no conocen a Dios.
Los que se encierran en iglesias exclusivistas que pretenden salvaguardar la única doctrina verdadera, ésos no sólo no conocen a Dios, sino que además pueden hacer mucho daño.
Los que dicen creer en Dios y dan el testimonio opuesto al Amor, ésos no sólo no le conocen, no sólo hacen daño, sino que además llevan el camino que conduce hasta el pozo de la angustia y del terror.

El pecado del ser humano lo perdona Dios en la propia acción positiva del hombre de fe. Dios no genera seres puros estáticos, no genera santos inmóviles sumidos en un éxtasis de estética de amor. Eso es arte, útil para el regocijo personal y de los que buscan evadir la realidad por medio de la espiritualidad, pero eso no es cristianismo.
Nuestras lágrimas de culpabilidad predisponen a Dios al perdón, pero no Él no nos redime por nuestras lágrimas, sino por los callos de nuestras manos.
La fe estática no es más que ideología. La fe dinámica: ésa es la fe de Abraham.

Ve, perdona a tu hermano, y en tu acción hacia él verás la acción del perdón divino hacia ti. Lo demás no es sino arte, arte que genera hermosura pero que es incapaz de redimir. Fe que se expresa en palabras, palabras que forman ideas: Una gran obra de arte que mantiene al ser humano embriagado de hermosura. Hermosura sin redención.
Dios actúa en tu acción, perdona en tu perdón, bendice en tu bendición. Dios no llena sino lo que está vacío.
Para poder llenarse del Espíritu, primero hay que vaciarse de sí mismo.