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oración de un desterrado

Salmo 061

¡Escucha, Padre, mi oración, que sólo Tú eres capaz de comprenderme! Mira que soy extranjero en un mundo que siente cosas que mi corazón rechaza.
¿Qué hago yo aquí? ¿Cómo es que en lo profundo de mí soy capaz de recordar cosas que ahora no encuentro en ninguna parte?
Desde mi soledad, desde el margen donde yo mismo me he situado, a ti grito para me muestres la Tierra de donde se me ha arrebatado, y donde se vive y se siente como yo anhelo.
Las Palabras del Rey me estremecen, porque resuenan en mí como si, perdidas en mi recuerdo, siempre las hubiese sabido. Mi Padre, antes de yo asomar en este mundo, ya me hablaba con esas mismas Palabras.
A los días del Rey añade días, sus años, generación tras generación. ¡Reine por siempre en unidad contigo, Padre! ¡El Amor y la Verdad le guarden!
Salmodiaré al Nombre del Amor, tu Nombre, para siempre; día tras día esperaré el retorno a mi Tierra. Esa Tierra donde Tú, Padre mío, me hablaste antes de que yo existiera en este mundo.

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