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La Paz ha vuelto: Hemos renacido.
Ya no nos acordamos de los errores pasados,
ni de los nuestros ni los de nuestros hermanos.
La naturaleza nos sonríe amablemente.
Dios ha derramado su Amor sobre nosotros.
Pero cuando llega la sequía del espíritu,
cuando hasta la luz del sol parece oscura,
entonces nos acordamos del Amor perdido:
«¡Padre nuestro, olvidemos y volvamos a empezar!»
Sólo el olvido nos puede devolver la libertad.
No puedo olvidar, el rastro de mi vida es profundo.
Escucharé la Palabra del Rey, ¡una vez más!
«Solidaridad, Justicia y dignidad: Libertad en la Verdad.»
El rastro de mi vida es profundo, no lo puedo limpiar,
porque tampoco quiero olvidar el rastro de los demás en mí.
«¡Olvidemos y volvamos a empezar, hermanos todos!
Estamos desde ahora mismo en un mundo nuevo;
quiero volver a conocerte, a ti, con ilusión.»
El Padre nos apoya, Él nos da la bendición;
la Justicia marcha delante y traza nuestro Camino.
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