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excelencias del Amor de Dios

Salmo 119

1 = Alef =
Sabio es aquél que camina sin oponerse al devenir de las cosas, que reconoce el movimiento del universo entero y actúa en sintonía con él. Porque ése construirá y el cosmos entero sostendrá su obra.
Por eso el sabio no aprende sólo de las palabras que escucha y que lee, sino que también y sobre todo abre su corazón al manantial eterno, a la Palabra que surge del interior de cada ser del universo, y que tiene su origen en el Amor que todo lo engendró.
Gratitud y lealtad son el pago del sabio al Padre que le habla sin intermediarios. La Paz es el fruto del Amor correspondido.

2 = Bet. =
Que el mismo Padre que me habla y me conduce, que Él mismo me guarde de la fantasía y el engaño. El joven ve el peligro y sigue jugando; no toma conciencia del daño de sus actos hasta que no se ve hundido entre los escombros de su propia destrucción. Pero yo he abandonado los juegos y deseo sinceramente que mi paso por este mundo deje un fruto anónimo pero imperecedero, que sirva de alimento a muchos que vienen a buscar lo mismo que yo he encontrado.

3 = Guímel. =
Soy forastero sobre la tierra, un caminante que va de paso hacia su Patria, y que sin embargo hace de su Camino una ceremonia sagrada, un rito siempre nuevo de adoración al Padre y a toda su obra.
No puedo ir hacia el Padre despreciando su obra, al contrario, el Camino se recorre sembrando Amor, luchando por la Paz, la Justicia y la Dignidad. Porque el que camina de puntillas, soslayando compromisos y responsabilidades, ése gira en torno a una noria que le hará ver en cada vuelta el rastro de sus propias lágrimas.

4 = Dálet. =
¿Cómo he podido desviarme? ¿Cómo Tú has permitido que yo pierda el Norte?
No confiaré en los hombres que vienen con palabras zalameras a ofrecerse como guías para llevarme a sus corrales, y luego allí despojarme de mi personalidad y cuadricularme según sus consignas.
Sólo confiaré en ti, Padre, que por medio del Espíritu de tu Palabra siempre me reconduces por el Camino, el Rey, sin tocar ni torcer esta personalidad que Tú mismo me regalarte cuando me engendraste.

5 = He. =
Dentro del río que fluye en todo el universo arrastrando todas las cosas hacia el Amor, dentro de ese río yo me sumerjo y atraigo hacia mí todo lo que mi ser alcanza a conocer y concebir atándolas exclusivamente con las amarras del propio Amor.
Como Tú me has invitado a seguirte, sin limitar mi libertad, sin violentar mi idiosincrasia, así el Amor, que vive en el espíritu de todo lo que existe a tu servicio, atrae al universo entero llevándole a sumergirse en este río que fluye por el cauce de la plenitud, que conduce a la culminación, donde todo lo que existe encuentra definitivamente su razón de ser, la respuesta satisfactoria, luminosa y resplandeciente a todas sus preguntas.

6 = Vau. =
Todo mi ser está dispuesto a la lealtad y a la entrega. No me ocultes, Padre, tus secretos, pues en mí encontrarán tierra fértil donde enraizar. Si Tú me cuidas y con tu Amor me abres los ojos a la oscuridad que encierra la luz engañosa de lo que de ti se disfraza, nunca habrá posibilidad de traición.
Mi corazón anhela cosas que no parecen estar en tu Camino, pero yo no excluyo nada de lo que brota de mí, al contrario, todo mi ser lo expongo ante tu Luz, para que lo bueno brille y lo oscuro se desvanezca. No podría amar tu creación entera si no comienzo por amar todo mi ser. Mas amar no es consentir en el conformismo, sino aceptar para luego impulsarlo todo hacia ti.

7 = Zain. =
Recuerda cómo me haces sentir tu lealtad, la firmeza de tu Amor. Mira cómo he abandonado toda esperanza en este mundo y me he apoyado exclusivamente en ti.
No me importa soportar la burla de los que creen estar bien asentados en sus esquemas materiales. Tú me muestras la índole de todos los cimientos, los del mundo y los tuyos.
No se trata de desear la caída del adversario, se trata de ser un referente de tu gloria, de dar testimonio de tu fidelidad. Y no por propia voluntad, sino por ser sencillamente como soy: Nunca podría sentir Paz en mi corazón sin el calor de tu compañía.

8 = Jet. =
He observado mi vida, he visto mi ‘yo’, y estoy cansado de mí mismo. Quiero encontrar la plenitud fuera de juegos y fantasías, comprender la razón de ser de las cosas para ser útil dentro del plan trazado en el origen de mi existencia.
No quiero cerrar una vez más el ciclo de la vida como lo cierran las plantas y los animales, buscando la satisfacción de sus necesidades y huyendo de todo sufrimiento. Sé que existe una realidad que queda fuera de este ciclo estrecho, y sé también que esa realidad no es inaccesible para mí.

9 = Tet. =
No puedo encontrar con mi inteligencia lo que está por encima de ella, de la misma manera que no podría ver con mis ojos la razón de ser de la mirada.
Sólo Tú, Padre, por propia voluntad, desde tu iniciativa y mi consentimiento, puedes llevarme a encontrar el Camino que conduce a la trascendencia.
Tú me lo dices: Nada existe en la Tierra que no haya existido antes en el Cielo. Pero el Cielo ya no está en el infinito del universo, sino que el Rey lo ha abierto dentro del ser humano.
Enséñame, Padre, desde tu Luz en mi interior, ese Orden divino en el que todas las cosas se reconocen en ti.

10 = Yod. =
Si con tus propias manos, Padre, me has dado forma, y desde tu Amor me has insuflado el espíritu, entonces no necesito salir de mí para conocerte, pues en mí está la obra de tu Amor y en mí está impreso el proyecto de tu voluntad.
Debo desembarazarme de todo aquello que en mí no es yo mismo: aquello que forma parte de mí pero no es obra de tus manos. En la humildad lo descubro, en el Espíritu me libero: ¡Padre! ¡humíllame para poder ver! ¡dame tu Espíritu para deshacerme del disfraz de la fantasía de mí mismo!

11 = Kaf. =
La fantasía se me adhiere, pegajosa me envuelve y no me deja ver. Necesito beber del agua de la Vida, pero ya no soy capaz de reconocer el torrente porque mi disfraz me ha suplantado y corre detrás de las formas sin contenido.
¡Padre! Sólo una cosa puedo ofrecerte a cambio del rescate: Mi lealtad al sonido de tu Voz. Habla, que yo te conozco, y te seguiré a donde me lleves.
El silencio de mi Padre abre mis oídos, me obliga a aquietar mi espíritu, a detener mi mente. El silencio de mi Padre es una bendición, una manifestación admirable de su Amor. Antes de comenzar a hablarme, ya me estaba hablando y yo, sin saberlo, le escuchaba.

12 = Lámed. =
Con las mismas manos con las que me diste forma, con el mismo Amor, así formaste el universo entero. ¿Qué voy yo a menospreciar que esté dentro del cosmos, si todo tiene el mismo origen, la misma intención? No existe nada que sea ajeno a mí, nada puedo rechazar como no sea el propio rechazo: Eso es lo único que me impide ser yo mismo, ése es el disfraz de mi ‘yo’, el que me arrebata mi autenticidad.
Así me lo muestras, éste es el origen de toda ley, no hay mandamiento que no obedezca al mismo principio: El hombre que haya sido capaz de reconocerse a si mismo en todas las cosas, comenzando por su prójimo, comenzando por el que sufre, comenzando por su enemigo, ése conoce a Dios, ése es uno en el Padre.

13 = Mem. =
Tu Luz, Padre, se esparce y se vuelca. Las leyes de los hombres son duras, castigan a los que las incumplen como una roca que rueda por una ladera destrozando todo lo que encuentra a su paso. En cambio tu Luz, Padre, se desplaza como el viento y empapa como el agua.
Sin el Agua de la Vida todo se muere, porque todo fue engendrado para alimentarse de ti. Tú no destruyes nada del universo, no matas con tu ley el fruto de tus manos. Las cosas se mueren, ellas solas, cuando piensan que pueden subsistir indefinidamente sin el alimento de tu Amor.

14 = Nun. =
Cierro los ojos, los vuelvo a abrir. Desvío la mirada, cambio de perspectiva, pero sigo viendo las mismas cosas: Lo que Tú me muestras, Padre, sólo tiene una faz.
Estoy lleno de entusiasmo, luego he de enfrentarme a la desazón, pero sigo viendo las mismas cosas: Lo que Tú me muestras es algo muy diferente a las bellas formas vacías que sólo son cuando se las mira.
El mundo me atrapa y yo me dejo atrapar para llenar tu vacío con mi ser. Las bellas formas vacías danzan en mi presencia, pero, a través de ellas, yo sigo viendo las mismas cosas: Lo que Tú me muestras, Padre, existe en si mismo: Posee la Vida.

15 = Sámek. =
¿A quién pretenden engañar? Dicen “renuncia” y secretamente están hablando de ocultar y taponar lo molesto de ellos mismos. Dicen “compromiso” y lo que en verdad hacen es utilizar la espiritualidad para evadirse de la realidad. Dicen “apostolado” y sólo intentan justificar la necesidad de protagonismo que desahogan hablando y gritando subidos en los púlpitos.
No renunciaré a nada que forme parte de mí mismo, sino que lo exhibiré en la presencia de mi Padre; ni me vanagloriaré de ningún compromiso premeditado ni sostenido a la fuerza, sino que le permitiré a mi ser que se defina en si mismo, en su autenticidad; ni hablaré yo mismo, sino que dejaré que el Espíritu hable a través de mí.

16 = Ain. =
No quiero tu Luz para mirar todo lo que me rodea con aires de superioridad, ni para hacer juicios certeros contra los que se desvían, ni para esconderme en mi plenitud y sentir lástima del mundo que se pierde más y más.
Quiero tu Luz para que mis opresores me derriben, para que los soberbios se ensañen contra mí, y entonces no esperaré que me liberes de ellos, sino que demuestres a través de mí que el Poder del Amor no reside en la resistencia ni en subsistencia, sino en la renovación: Todo lo que muere en el Amor, renace con mucha más plenitud.

17 = Pe. =
El Espíritu de Dios llega como la brisa. A los pobres, a los que están desnudos de ideas fijas, desnudos de poder económico y social, a ésos la brisa los abraza, los impregna y los transforma. Pero a los que están parapetados dentro de esos “templos de la verdad” que ellos mismos se han construido, hasta allí la brisa del Espíritu no llega, pues ellos no han dejado rendijas ni grietas, están herméticamente cerrados.
Estos “templos de la verdad” proliferan entre los adoradores de la divinidad celestial, y también entre los adoradores del dios-razón.
Por eso mis ojos destilan lágrimas, porque vivo en un mundo extraño de seres sin Amor y que, sin embargo, son hermanos míos.

18 = Sade. =
Justicia y misericordia, rigor y ternura: Allí donde culmina toda verdadera sabiduría.
Tú, Padre, no transiges con el Mal, y sin embargo te apiadas de aquél que lo comete. No permites que el Amor ensombrezca la Justicia, ni tampoco por la Justicia te olvidas del Amor. Todo se funde en la Verdad, en la Verdad eterna que no está en el tiempo, pero que se expresa en el tiempo mediante la fe y la esperanza.
No me voy a engañar pensando con temor que, por tu Justicia, no habrá misericordia para con mis errores; pero tampoco viviré confundido en ese engaño aun más peligroso de creer que, por tu Amor, ya no tengo responsabilidades que cumplir.

19 = Qof. =
No puedo seguir tu Camino si Tú no me lo muestras, ¿cómo escucharte si no me hablas?, ¿cómo obedecerte si no me iluminas?
Por tu Amor, sé que me vas a responder. Por ese mismo Amor, sé que no me vas a facilitar mi travesía. Para que llore y me lamente de tu ausencia, y así tome conciencia de su importancia. Para que abra bien los ojos y afine mi oído y así sepa distinguir el manantial de la Luz de lo que sólo es su reflejo.

20 = Res =
Duro es el trabajo, es mucho lo que hay que hacer. No quiero vida para mí, para malgastarla en mi propia satisfacción mientras otros se mueren en el vacío del desamor.
¡Dame Vida, Padre mío! Que tengo muchos hermanos a los que ayudar, muchas tristezas que consolar, mucho Amor que derramar.
Que no sea yo un estanque de tu Amor, sino que el manantial corra libre a través del cauce de mi propio ser. Que no habré yo de levantar presas donde se acumule el Agua de la Vida: Limpia el cauce de mi ser, desde ti hasta el mundo. Pues no hay verdadero servicio sagrado, verdadero sacerdocio, sino ése.

21 = Sin. =
Sé que el hombre íntegro no es bien recibido en este mundo.
Los corruptos se apoyan unos a otros, entablan lazos sólidos de amistad, pues todos temen ser delatados, unos por otros. Por eso se mantiene juntos: Por temor.
Yo no tengo lazos de amistad que no puedan romperse, ni hay calumnia que pueda hacerme zozobrar. No tengo compromisos con ninguna institución ni cuentas pendientes que me haya negado a solventar. Puedo decir la Verdad cuando quiera y donde quiera.
Mas sólo haré, Padre, lo que Tú me mandes hacer.

22 = Tau. =
¡Padre mío! ¡Acéptame a tu servicio! Pues no hay mayor satisfacción para mí que sentir que te estoy obedeciendo, que me estás llevando; que no estoy hablando y que sin embargo de mis labios brotan tus palabras; que permanezco quieto y que Tú te mueves en mí, y me llevas a actuar en lo que yo no sé, pero Tú sabes. ¡Y el gozo de comprobar la eficacia de tus obras!
Mas cuando yo intento ayudar, pretendo comprender para poder ser más útil, entonces el cauce de mi ser ya no está limpio. Lejos de ayudar, sólo estorbo.
Viva mi alma para alabarte, y ayúdeme tu Luz en mi Camino. Si me desvío, no tardes en venir en busca de tu siervo. Mira que yo no me olvido de mi razón de ser en este mundo. Si yo puedo dar cien, ¿por qué ibas Tú a permitir que sólo dé cincuenta?

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