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el Guardián de los pequeños

Salmo 121

Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Amor, origen del cielo y de la tierra.
No permitirá el Amor que quien a Él se acoge quede abandonado,
pues nunca se aleja, nunca se despreocupa el Padre de los débiles.
El Amor te cuida, te abraza, te envuelve, no se separa de ti.
De día la luz no te hará daño, ni las sombras durante la noche.
Cualquier mal, Él ya lo ha previsto, ¡déjate conducir por Él!

El Amor está a tu lado, vayas a donde vayas, desde ahora y por siempre.

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