KYRIE ELEISON

     

ESPÍRITU

   

 

      E

libro 2 - capítulo 20


anterior - índice - siguiente

             
  Nada que sea verdaderamente puro busca donde no hay. Dicho a la inversa: Podemos concebir lo que realmente existe, es decir, la Verdad, si, purificando nuestro espíritu en la unidad, descubrimos lo que buscamos.
En la medida en la mi unidad está en mi Padre por medio de Jesucristo, ya deja de existir el Temor en mí. La coherencia en mi orden humano, la afirmación lógica, la seguridad en mí mismo, dejan de ser una necesidad. No soy de este mundo, pero vivo en este mundo flotando en el “éter de lo posible” . Y veo las cosas mismas, y más allá de ellas, porque el Espíritu me las muestra. ¿De qué manera? En la intención de las cosas que es lo mismo que la voluntad de Dios.
La definición más precisa de algo es la intención de ese algo, porque eso conforma todo su ser.

Lo que el Espíritu me dice no es razonable en el sentido de que no es deducible de ningún conocimiento previo, choca frontalmente contra mis esquemas humanos. Pero como yo no necesito que las cosas de este mundo sean de una manera u otra para sentirme seguro, las palabras del Espíritu, contra toda lógica, se me muestran sólidas y consistentes. Esto es flotar en el “éter de lo posible” 4 : rehuir la coherencia que tiende a cerrarse, y tener la convicción de que, si llegara a encontrarla, mi camino hacia la Verdad quedaría abortado. Existe una verdadera coherencia, una sola, mas sólo Dios es capaz de concebirla.