inicio

temas Palabra salmos de oriente ecumenismo advertencias

PALABRA

anterior

19/11/2006

siguiente

soporte

144

Materia y espíritu deben existir juntos, y no hay realidad material que no sea impulsada por el espíritu ni realidad espiritual que pueda expresarse sin la materia. Al hombre que vive vinculado al mundo, cuando el Espíritu le grita, lejos de ganárselo le hunde aún más en el mundo. Pero, al que vive en el Espíritu, los lazos del mundo le empujan más y más hacia el Espíritu. El testimonio de Amor, Fidelidad y Libertad, expresado dentro del mundo, no sirve para purificar los corazones de los hombres, sino que saca de ellos lo más sucio. Y, por lo mismo, cuando el mundo en sus luchas mezquinas intenta atrapar al hombre espiritual, lo único que consigue es apartarlo más y más.

Mientras haya paz y todo se desarrolle dentro del orden, todos los hombres se parecen unos a otros, en todos se manifiesta el mismo amplio abanico de las virtudes y los defectos humanos, tanto en los que buscan en la espiritualidad como los que viven aferrados al triunfo personal e insolidario. Pero, cuando se produce el conflicto, cada hombre busca su verdadero soporte, y el competitivo se vuelve juez arrogante, y el hombre espiritual se deja avasallar exteriormente buscando el asidero interior del Amor del Origen que le permita, en un futuro, crecer por encima de sí mismo en la búsqueda de una mayor pureza en su testimonio de valores eternos.

Tanto cuando el pueblo quería proclamarlo rey, como cuando quería despeñarlo, Jesús se retiraba. No se mezclaba con afanes mundanos, no por desprecio al pueblo en una actitud de arrogante superioridad, sino porque no se puede beneficiar aquello de lo que se depende. Sólo cuando el tiempo se cumplió y llegó la hora de que fuese empujado del mundo para abrir definitivamente la entrada al Reino, permitió que se le aclamara como rey, montado en un asno, y se le condenara como a un criminal, colgado de una cruz. Esgrimiendo leyes y preceptos morales, el pueblo condena al hombre que cumple plenamente la Ley, lo empuja fuera de su condición humana y lo sitúa junto a Dios.

anterior

19/11/2006

siguiente