|
Las personas establecen relaciones de complicidad ante problemas comunes, las empresas comerciales se fusionan para poder enriquecerse con más facilidad, las naciones se unen para apoyarse y fortalecerse mutuamente y establecen pactos económicos y alianzas bélicas. Esta unión exterior significa un aumento material y una aminoración espiritual.
El hombre renuncia a su independencia y se une a la mujer a la que ama, la mujer abandona la protección de su familia y se entrega a su marido y, habiendo perdido cada uno mucho de lo propio, sin embargo ambos, en la unión, han conseguido un tesoro mucho más valioso. Esta unión desinteresada significa una aminoración en lo material y un aumento espiritual.
Buscar una unión fecunda necesariamente implica una renuncia. Porque la sola unidad exterior siempre es egoísta, se puede romper cuando los intereses dejan de ser comunes y entonces aparecen el abuso y la traición. No es lo mismo estar juntos que estar unidos, y la diferencia se puede constatar en todo aquello a lo que se ha renunciado para poder culminar la unión.
Hablar de reconciliación es comenzar por hablar cambios profundos en cada una de las partes. No basta con buscar intereses comunes, ni siquiera transigiendo en los aspectos en los que pudieran existir desavenencias. La verdadera unión fecunda y duradera exige una conversión interior y también explícita, que sea el fundamento firme de una realidad verdaderamente nueva.
|
|
