inicio

temas Palabra salmos de oriente ecumenismo advertencias

PALABRA

anterior

07/10/2007

siguiente

el eje

183

Desde el exterior hay muchas formas de ver el mundo. Cuando el ‘yo’ está situado en las sensaciones, los afectos, los sentidos, las luces deslumbran desde muchas direcciones, y no existe ningún lugar donde puedan integrarse y conjugarse todas las perspectivas de la realidad. Al igual que los radios de la rueda de un carro se abren hacia el exterior y cada uno apunta hacia una dirección diferente que es inconciliable con todas las demás, así fluctúa el hombre que vive en su exterior: Como en el aro de esa rueda, ahora se siente aplastado en el suelo y luego elevado por encima de todo lo demás, mira en una dirección pero, más tarde y sin darse cuenta, esa dirección ha cambiado.

En el eje de la rueda todos los radios confluyen, y no sobra ninguno, sino que son todos, en su conjunto, los que le dan la solidez a la rueda. Ésta es la imagen del que ha situado su ‘yo’ en su interior. La afectividad y los sentimientos no se contradicen con la serenidad; la contemplación de la Vida trascendente está perfectamente conjugada con la alegría de la vida pasajera. Desde el interior no existen muchas maneras de ver el mundo, porque el brillo y las formas de las cosas no aturden, no confunden, sino que cada cosa se muestra tal y como realmente es. No importa el engranaje racional según el cual las cosas se conectan y entrelazan, lo único que importa es el sentido trascendente.

El eje de la rueda es el Amor. No los sentimientos amorosos que oscilan entre el deseo y el rechazo, y que encadenan a un ser humano a otra persona, sino el verdadero Amor. Los radios de la rueda expanden desde el interior del corazón este Amor abriéndolo en un abanico de arco ilimitado: La solidaridad, la amistad, la relación de pareja, y todas las relaciones humanas que se producen en la sencillez de aquél que vive sin ambiciones egoístas, sino que ha situado su ‘yo’ realmente en el eje de su ser: En el Amor. Los caminos en el exterior son confusos, muchos pueden ser los radios de una rueda y ninguno tiene la verdad. El Camino hacia el interior es uno solo: El Camino del Amor.

anterior

07/10/2007

siguiente