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Por lo único que se diferencian los seres en este mundo es por su capacidad de sumergirse en la Nada sin perder la identidad. El que viene de lo alto sabe que la Nada es su Origen, lo recuerda en su ser, por eso no teme dejar que las cosas se extingan cuando no están en el Camino. El que viene de abajo no viene del pleno Ser, sino de su expresión, por eso no concibe las cosas fuera de su manifestación, ni entiende que aquello que se manifiesta pueda ser una fantasía que intenta suplantar a la realidad.
La Nada no es la inexistencia. La inexistencia es la fantasía que se pone delante de la verdadera expresión del ser, pero la Nada está llena de Dios, y es el Origen de todo lo que existe. Cuando el impulso está apoyado en las cosas, las empuja y las proyecta, pero cuando el impulso no está apoyado en ninguna cosa sino que ha quedado sumergido en la Nada, entonces genera y crea una nueva realidad. Una realidad pura, porque no está condicionada por ninguna otra que haya existido antes. Aquí no existen los imposibles.
El que viene de abajo intenta lograr sus propósitos concatenando las cosas que existen según un proceso racional. El que viene de arriba nunca concatena cosas existentes, sino que las crea desde su propio impulso sumergido en el vacío de la Nada. Todo lo que existe en este mundo tendrá que atravesar el vacío de la Nada, y ahí las creencias arderán, las fantasías se esfumarán, el poder, el prestigio, la presencia, los vínculos entre los seres humanos, todo se simplificará en la absoluta ausencia de expresión exterior.
Por eso es mejor no alimentar el deseo que, si éste es legítimo, de la Nada surgirá una respuesta plena. Es mejor no poseer, porque no son los hombres los que poseen las cosas, sino que son poseídos por ellas: El que es poseído por aquello destinado a desaparecer, también perderá con ellas su identidad en el paso por el vacío de la Nada. Mejor no forzar vínculos entre seres humanos no sea que al final se tropiece con la más completa soledad. Si estos vínculos procedieran de lo alto, ellos se atarán por sí mismos.
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