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En el extenso territorio de la región hay muchas hectáreas de cultivo, hay montañas y hay vaguadas que se prolongan hasta llegar al mar. En la pequeña parcela del Espíritu apenas caben una choza y unos pocos surcos para el cultivo, pero en la pequeña parcela del Espíritu está el único Manantial de Agua capaz de alimentar a toda aquella región.
En el extenso territorio de la región se ha construido una red de acequias que abarca la totalidad de los inmensos sembrados, pero si del Manantial no brota el Agua, de esos sembrados nunca se obtendrá ningún fruto. Los canales pueden alargarse para alcanzar lugares más lejanos, pero el Manantial del Espíritu siempre estará en el mismo sitio.
Los hombres de la región tiran basuras fuera del territorio e invaden la pequeña parcela del Espíritu. El Manantial se obstruye, el Agua se enturbia y toda la región pasa hambre porque los sembrados se secan y la cosecha se pierde. Ellos miran la perfección de la red de canales y no se explican cómo es posible que algo tan inteligente pueda fracasar.
El hombre se expande en su cuerpo hacia el exterior y con sus sentidos, con sus manos y con su inteligencia, puede abarcar muchas hectáreas de tierra en las que sembrar ideas, montañas en las que buscar lo elevado, vaguadas por las que descender para descubrir misterios ocultos de las cosas. Pero hay una pequeña parcela de su interior que descuida.
El hombre sube a la montaña y aprende todo lo elevado, baja a la vaguada y se informa de todos sus misterios, luego observa tanta perfección en el orden de sus ideas que se anima a acotar y cerrar su territorio, y a limpiarlo echando fuera todo lo que le estorba para que resplandezca con el máximo lustre. Y así obstruye el Manantial de su interior.
Cuando por los perfectos canales de regadío no circula el Agua, toda esa perfección no es sino necedad inteligentemente ordenada: Luce hermosa pero no sirve para nada. Ése es el dios sin Espíritu que gobierna y guía por los caminos de la vacua religiosidad, arte de hermosura inerte que adormece con fantasías, necedad inteligentemente ordenada.
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